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8 de marzo, día internacional de la mujer.
08/03/2023 19:41 en Novedades

 

En conmemoración del 8 de marzo, día internacional de la mujer, me gustaría hablar de cómo el trabajo que realizan las mujeres sostiene al mundo.

El trabajo de cuidados es un amplio abanico de actividades que son necesarias para la reproducción cotidiana de la vida humana. Sin el trabajo de cuidados diario, la vida no podría sostenerse ni reproducirse. En términos más simples, para que un trabajador pueda ir a su trabajo, necesita que alguien se ocupe de preparar la comida, limpiar la casa, lavar la ropa, cuidar a los hijos, etc.

El trabajo doméstico y de cuidados no remunerado ha sido asignado a las mujeres por su condición biológica y ha sido asumido como una vocación femenina, o sea, se asume que es “natural” que las mujeres realicen estos trabajos, es más, es algo a lo que deben aspirar para ser buenas madres y esposas.

¿Cuál es el problema con esto? Bueno, son varios, empezando porque este trabajo, a pesar de ser el sostén de la economía, no solo es  invisible y no valorado, sino que no es reconocido en los cálculos de la economía de un país. Por esto, carece de la infraestructura y de las políticas públicas que  los otros trabajos remunerados sí tienen.

Por ejemplo, en ciertos países, las niñas y las mujeres son responsables de una cantidad desproporcionada de trabajo de cuidados no remunerado o poco remunerado lo cual tiene como consecuencia que no tengan el tiempo de realizar un trabajo remunerado, crear redes sociales, participar en actividades comunitarias, estudiar o tener tiempo libre. Por otro lado, aquellas mujeres que tienen un trabajo remunerado, asumen también casi en su totalidad el trabajo doméstico, teniendo así una doble jornada de trabajo.

Esto fomenta la dependencia financiera, aumenta la violencia conyugal y limita las opciones de un trabajo decente, hasta el punto de limitar a las mujeres a empleos de baja categoría y de tiempo parcial en el sector informal, dejándolas en una situación de precariedad. 

En los países del norte, las mujeres tienen acceso a mejores puestos de trabajo y a mejores salarios por lo que ya no tienen el tiempo para ocuparse de su hogar. Como consecuencia,  las mujeres de los países del sur emigran a los países del norte para cubrir los trabajos domésticos y de cuidados. Esto genera una cadena de cuidados internacional.  Mi pregunta es: ¿quién cuida a los hijos de las mujeres inmigrantes que ocupan estos trabajos?

Como todo problema complejo, no hay una solución fácil. Vamos, no se trata sólo de hacer una mejor repartición de tareas en la pareja (si aplica el caso, claro). La remuneración del trabajo doméstico tampoco es la única solución, sin embargo, al demandar un salario, se hace explícito que el trabajo doméstico es, de hecho, un trabajo.

 

Entonces, ¿qué hacer? Pues empecemos por nuestro autocuidado, por ser más empáticas hacia las otras mujeres, por no juzgarlas diciendo que no trabajan porque están en casa, o que abandonan a sus hijos por ejercer una profesión. El problema es estructural y sólo navegamos con las herramientas que tenemos.

Empecemos desde lo local a hacer redes de mujeres para así poder exigir a nuestros gobiernos las políticas públicas justas que merecemos.

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